La fachada es el paramento exterior vertical sobre la rasante de nuestro edificio. Tiene como función principal, protegernos de las inclemencias del exterior, actuando como cerramiento del edificio.
La fachada es, por tanto, el elemento que junto con la cubierta, forma parte de la “piel” del edificio, es decir, el punto de encuentro entre el exterior y el interior. Sus objetivos son los mismos que los de la cubierta, pero además, debe asegurar una cierta resistencia frente a las acciones exteriores como golpes, intrusos, viento, etc.
Los revestimientos externos forman parte de la fachada, estos elementos son los que protegen a los demás elementos constructivos de las acciones derivadas del uso y el tiempo. El objetivo de su utilización es conferirle un mayor grado de durabilidad al edificio en cuestión, y por tanto, deberán adaptarse a las características, tanto la función del elemento, como de las acciones a la que estará sometida (revestimiento exteriores, interiores, contra el agua, contra los golpes, contra el rozamiento, etc.)
El conjunto del cerramiento y su revestimiento es lo que conforman por así decir nuestro sistema o tipo de fachada.
Existen distintos tipos de cerramiento, que se pueden clasificar en:
- Sistemas de fachadas ligeras.
Muros cortina
Fachadas panel
- Sistemas de fachadas pesadas.
Sistemas tradicionales
Sistema de fachada ventilada
-
- Sistemas de fachada prefabricada.